12.04am.

Ya empezó un programa en Radio Filarmonía donde solo pasan música electrónica-industrial. A mí la música electrónica-industrial no me gusta demasiado, pero algunas veces me la paso encerrado en mi cuarto escuchando aquellos sonidos, escribiendo, leyendo, o pensando en nada en especial. Lo que más me gusta del asunto es que uno no se tiene que concentrar mucho en lo que suena, mientras todo se llena de un ambiente cargado, como si estuvieran pasando cosas que uno ni siquiera entiende. Lo primero que me llamó la atención de aquel programa es que, al terminar, una voz dice que es producido por "Blanca Nieves y los enanitos". Esto sucedió una noche de tantas en la que me pasé todo el día escuchando música por Rafio Filarmonía. Como decía, a mí la música electrónica-industrial no me gusta demasiado, pero me parece interesante.

Lucho Zúñiga, yo y Quique Bernales

Día 362, miércoles

Ayer compartí una mesa con un escritor llamado Quique Bernales. Uno de los chicos de la editorial nos hizo preguntas y nosotros las contestábamos a través de un micrófono. A veces la gente se detenía, escuchaba un rato y luego seguía caminando. Mi novia estaba en la mesa de al lado y, cuando la miraba, ella me devolvía una afable sonrisa. Yo tenía que estar muy atento, escuchando las preguntas y todo aquello que decía el otro escritor. Un chico de la universidad me saludó desde el público y se volvió a ir. No sé qué tantas cosas habré dicho en aquella entrevista, el punto es que intenté decir cosas coherentes. Lo único que recuerdo es que ese mismo día había salido una reseña en un diario de circulación nacional que hablaba muy bien de mi libro. Y mi novia y yo estábamos feciles.

Qué buen dibujante es Joni B

Día 358, viernes

A mi novia le encanta que le diga cosas como "pequeña cerdita inconsciente". Cuando estamos lejos, yo le escribo "mi gata está en celo y hace que me acuerde de ti".

Día 357, jueves

He conseguido un pequeño trabajo en cierta exposición sobre un escritor muy famoso. Así que ahí estoy yo, rascando la pared de una de las habitaciones y pensando en que, de alguna forma, alguien me está robando mi lugar.

Día 350, jueves

Me desperté tarde y sin ganas de nada. Desayuné dos panes con mantequilla sentado en un sillón, mirando cómo babeaba el perro. Luego saqué dos gelatinas y las tomé frente a la ventana. A veces me detenía en cada chica que pasaba por la calle, sintiendo que podía tocarla con la mirada.

Día 347, lunes

Esto va a sonar mal, pero felizmente no se me puede echar la culpa de todo.

Día 344, viernes

¡Necesito dinero, coño!

Día 342, miércoles

Esta mañana me desperté y me di cuenta que no estaba haciendo nada. Saqué a pasear al perro y fumé un poco. Me puse a pensar. Por esta época, parece que lo mejor es quedarme tranquilo y aprovechar que todavía me siento como un niño. Hay un libro recién salido del horno y una novia a la que adoro. Tal parece que eso es lo que marca la pauta hoy por hoy. Tampoco me apuro.